"DEJE DE ACOSAR A MIS PERROS, GRACIAS"

14.04.2021

Voy a exponer este artículo tanto de forma intraespecífica, como interespecies, porque me parece algo que debería ser básico y obligado de comprender, el respeto por el/la otro/a, tengan el sexo o identidad, la edad, o sean de la especie que sean.

 
En los últimos tiempos, a colación del respeto hacia el otro, ha habido grandes avances, sobre todo en lo referente a la mujer, gran olvidada históricamente en cuestión de derechos, aunque también, y afortunadamente, en otros colectivos. El NO ES NO se ha transformado casi el un himno. Ya nadie debe de estar subyugado a los deseos sexuales del otro, sea pareja, pariente, amigo, conocido o desconocido. No es no, y punto pelota. Nadie tiene derecho a tocarme si yo no quiero, mi cuerpo es mío y de nadie más. Eso parece que lo tenemos bastante claro. ¿O no?

¿Y qué pasa con los niños?. Por "educación" sus mayores les obligan a besar y/o abrazar a personas que ellos no quieren, a dejarse tocar por alguien que, por el motivo que sea, no les apetece tener ese contacto físico. ¿Sería la frase para ellos "no es no, mientras que yo no te diga que por narices"?. 

Si lo pensamos bien, aparte de que estamos haciendo pasar al niño/a por según qué trauma, le estamos diciendo desde muy pequeñitos que su cuerpo y sus decisiones respeto a él no son suyas. ¿Por qué demonios tenemos que "obligar" a un niño/a a tener un contacto físico con nadie si ellos no lo desean?. ¿No sabemos tener una relación de afecto y respeto "mutuo", donde las dos partes se sientan cómodas, y que si quieren tener ese acercamiento, sea consentido por ambas?

Pues bien, si ya nos cuesta comprender eso en nuestra propia especie, ahora tenemos la parte "esclavizada" a nuestros caprichos: los animales que conviven con nosotros, y, especialmente, los perros. Los toqueteamos cuando nos apetece, aunque el perro te esté dando señales de incomodidad clarísimas. Si vas por la calle, algunas personas tienen "por sus bemoles" que tocar al perro sí o sí, acercándose de cualquier manera. El más respetuoso, (para con el guía, no para con el perro, claro), te pregunta si puede tocar al perro. Pero, ¿al perro no se le pregunta?. Va a ser él el sufridor del manoseo. ¿Él no tiene nada que decir?.

Luego, si el perro claramente te dice que no le apetece un ápice que lo sobes, sobre todo si se trata de un desconocido, o una persona que se ha "lanzado" hacia él, resulta que el perro es antisocial, un peligro público. Vamos, de esos que meriendan personas todas las tardes antes de salir de casa. Entonces, ¿qué sucede?, ¿el perro no puede exponer claramente en su propio idioma que NO ES NO, sin ponerle una etiqueta?. 

Ni los niños, ni los perros merecen ser "sometidos" a este tipo de acoso. A ambos les colgamos etiquetas de maleducados, antipáticos, y en el caso de los perros, también de peligrosos o antisociales.

Señoras y señores, si su avidez por tocar y manosear carne y pelos es tal que son incapaces de dejar las manos quietas cuando les dicen que NO, hay unos muñecos y unos peluches monísimos por ahí a los que pueden sobar todo lo que deseen sin fastidiar al prójimo, sea de la especie que sea. 


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