ETAPAS DEL DESARROLLO EN UN PERRO: QUINTA ETAPA (de 8 a 13 meses). Empatía social y despertar sexual.

Esta etapa, si hemos dejado a nuestro perrete que vaya avanzando según le fuese correspondiendo en las etapas anteriores, no debería ser nada complicada para nosotros.
Comienza el despertar sexual y su orientación es hacia los otros perros. Necesita observar a otros perros sin que nosotros interrumpamos; practicar los rituales de presentación haciendo las curvas de seguridad; oler y dejarse oler... Para todo ello necesita mucha propiocepción y si la etapa anterior no la ha cubierto bien, será un perro que no se dejará oler y/o tendrá problemas en las presentaciones. Ya debería ser capaz de acercarse a los perros de una forma moderada, comienza a desarrollar la empatía de grupo, comienza a dejarse oler y tiene un mejor control de sí mismo.
Empieza a marcar con la orina porque el olor social cobra mucha importancia y necesita afianzar el entorno, participando de él y dejando su propio olor. Un perro al que no se le permite ni oler ni marcar tendrá muchísimos problemas de inseguridades, ya que su prioridad aquí es conocer y también darse a conocer. Al principio de esta etapa, si está oliendo a otro perro y aparece un tercero en juego, le molestará. Según vaya avanzando la etapa pasará a aceptarlo.
Es muy importante permitirle oler tanto a perros como a personas, así como permitirle efectuar curvas de seguridad para el acercamiento, cosa que no lograremos llevándolo corto ni tensando la correa, y añadiremos problemas si encima usamos materiales nada respetuosos como collares de ahorque, de pinchos, lazos, martingales, halty... También necesita que le dejemos su tiempo para que analice y registre los olores sociales que encuentre por la calle. Es incapaz de desconectarse de los olores, necesita exprimir toda la información que pueda del mismo y nuestras prisas no le van a facilitar nada. ¡Paciencia!
Su juego pasa a ser en forma de carreras.
¿Cómo metemos la pata en esta etapa? Conteniéndolos físicamente, no dejando que ellos se presenten haciendo las curvas necesarias, tensionando o metiendo un trabajo exigente con la correa, aún peor si los mantenemos con un control continuo, empezamos a darles órdenes para que no huelan, para que se queden quietos o sentados ante otros perros, para que vayan «en junto»...
Es imprescindible usar un material de paseo que permita movimientos libremente. Un buen arnés en forma de H y una correa larga de, como mínimo, un par de metros nos van a ayudar muchísimo en los paseos urbanos y en los encuentros con otros perros y personas.
Sobre los 13 meses aparece el cuarto periodo de miedos. El perro va asumiendo un sentido de grupo y se va haciendo consciente de que lo que él haga y lo que hacen los demás influye en la dinámica del grupo. Esto le genera inquietud y aún no sabe, ni se atreve a intervenir.