ETAPAS DEL DESARROLLO EN UN PERRO: SEXTA ETAPA (de 13 a 24 meses). Conciencia de grupo y moralidad.

Aquí encontramos a un perro que, comparandolo con las etapas en humanos, entraría en lo que llamamos «adulto joven». Su comportamiento va a depender mucho del resto de perros presentes. También, al igual que en nosotros, su grado de madurez debería ir aumentando con la edad, ya que irá acumulando experiencia. Es muy diferente un perro de un año, que uno de dos. En esta etapa se van especializando para en un futuro ir gestionando las situaciones de la mejor forma posible. Son más predecibles y rutinarios que los perros más jóvenes. Es una etapa complicada para los humanos, ya que por su forma de relacionarse, pueden hacernos sentir socialmente juzgados e incómodos.
En esta etapa, ya son capaces de ir anteponiendo el bienestar general del grupo a sus propias necesidades. Tienen más autocontrol, son más capaces de atender a la llamada. ¡Ojo!, tenemos que tener en cuenta que para un perro es mucho más importante evitar un conflicto que atender a nuestra llamada, así que evita llamarlos y, mucho menos, tirarles, cuando están saludando a otro perro, ya sea de forma directa o comunicándose a distancia.
Debemos ser para ellos un buen referente, esto es, aportar calma, observar antes de intervenir y, si es absolutamente necesario hacerlo porque ellos no sean capaces de resolver por sí mismos, ahí estaré para sacarte del problema de la forma más eficaz y mínimamente invasiva posible. Es lo que hará un perro adulto experimentado, porque sabe que el resto necesita estas experiencias para aprender.
¿Qué solemos hacer ante estas situaciones? Ir corriendo hacia los perros, gritando, cortarles la posibilidad de retirarse por sí mismos, jalar, dar patadas... O sea, somos la señora de los rulos y alpargata en mano elevada a la máxima potencia.
Un perro de esta edad no suele llevarse bien con cachorros, así que lo tendremos en cuenta si decidimos ampliar la familia peluda.
Los estresores principales en esta etapa son la falta de relación con otros perros, ya que no debemos olvidarnos de que son animales gregarios; el pedirles obediencia y exigencias en presencia de otros perros; el imponerles «normas sociales humanas» en su relación con otros perros; el privarles de intervenir cuando lo necesiten; la carencia de referentes adecuados (personas que se ponen nerviosas e intervienen cuando no deben, perros pasados de vueltas,...)... Le estresan bastante los cachorros, como ya hemos comentado antes, los perros inseguros, miedosos, los perros muy activos.
Si el perro ha pasado bien las etapas previas, esta la pasará sin mucha dificultad. Si no es así, se quedará atascado.
Si el perro llega aquí con mucha carga moral, no permitirá hacer a otros perros lo que a él le han reprendido. Por ejemplo, si es un perro que siempre ha estado muy controlado, reprenderá a otros perros por correr o jugar.
El perro en esta etapa interviene, pero aún no tiene conciencia de lo que su intervención conlleva para el resto del grupo, que será el siguiente paso.
Y, sobre todo, recuerda: ¡¡¡No te conviertas en la señora de los rulos!!! Deja a tu perro avanzar, ¡paciencia!.