LA CALMA

08.08.2022
Hoy en día hemos pasado del extremo de cansar a los perros para que estén luego "tranquilos", a "entrenar" la calma, y bueno, creo que hay cosas que tenemos que poner sobre el tapete para comprender de verdad en qué consiste la calma según la visión en la educación amable:

La calma es un estado emocional, no se puede entrenar ni condicionar. Nadie puede decirte cómo te tienes que sentir. Ahora bien, sí que puedo influir en cómo te sientes. Y, cómo hago eso. Por un lado, ofreciéndole un referente en nosotros mismos (tú estás nervioso, yo estoy tranquila; tú estás inquieto, yo estoy aquí acompañándote), y por otro, incidiendo en el entorno, (físico y social), para que pueda resultarle favorable, especialmente en perros con miedos o estrés, y que podamos ayudarlo a ir "a su ritmo".

Por otro lado, la calma no se trata de tener a un perro anestesiado todo el día, como si se hubiese fumado 4 porros y fuese un mueble más de la casa. Se trata de que el perro tenga un equilibrio emocional tal que si en un momento dado hay un momento de activación pueda gestionarlo bien, y que pueda tener luego una buena y fácil recuperación y vuelta a la homeostasis o alostasis, según el caso. 

El nivel de arousal de cada individuo es único, habrá individuos con un temperamento más tranquilo, y otros más activos, al igual que las personas. Pero la idea es que sean como sean puedan hacer las cosas de forma consciente, y si hay una explosión emocional, porque precisamente no son muebles, puedan recuperarse con facilidad. Que puedan regular el arousal más reactivo o más reflexivo según la situación en sí, pero que tengan un equilibrio.

Si sólo nos fijamos en qué hace o deja de hacer el perro nos perderemos una gran parte de la información de cómo está verdaderamente. Tenemos que ver el paquete completo, no perdiendo de vista cómo está cuando hace o no hace X, y cómo se recupera después.

Tenemos que ser conscientes en qué transmitimos a un perro. El contagio emocional existe, y si fomentamos compartir momentos de tranquilidad, ayudaremos a los perros a tener posibilidad de descanso y recuperación, y más teniendo en cuenta que son policíclicos a la hora del descanso. Pero también habrá momentos de alegría, de juego, de interacciones..., y no, no es malo tener esos momentos siempre y cuando seamos conscientes de "no poner al perro como una moto", y saber parar cuando el perro nos lo pide o cuando por edad o por capacidades él mismo no puede. Con los niños lo hacemos de forma natural, ¿por qué leches nos complicamos tanto la vida "desnaturalizando" las cosas cuando se trata de perros?

Hay personas "emperradas" en "entrenar" la calma usando juegos de olfato, por ejemplo, y consiguen justo lo contrario. ¿Os habéis planteado a ese perro en concreto cómo le afecta ese planteamiento de juego en concreto?. ¿Y la masticación?, ¿os habéis planteado cómo le afecta a ese perro darle según qué tipo de masticable?. No todo vale para todos los perros, my friend. Estamos hablando de individuos y de circunstancias personales, no son cafeteras que le das al botón y te preparan café.

Y por último, la especie más reactiva sobre la faz de la tierra, el ser humano, le está pidiendo a su compañero canino que esté " siempre" calmado. Muy lógico, sí señor.
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